La Copa Mundial de Rugby 2006 marcó un hito al ser el primer torneo celebrado fuera de Europa. Sudáfrica hizo su debut en Canadá, mientras los 12 equipos volvieron a elevar el nivel del juego. Los sospechosos habituales llegaron a las semifinales, y Francia y Canadá no pudieron evitar otra final entre Nueva Zelanda e Inglaterra.
Las tres cuartas neozelandesas llevaron el rugby femenino a un nuevo nivel, destacando especialmente el trío compuesto por Amiria Marsh, Stephanie Mortimer y Claire Richardson, impresionantes durante todo el torneo. La final fue muy reñida y se decidió cuando Marsh anotó en los últimos minutos para una victoria de 25-17, dando a la capitana de las Black Ferns, Palmer, una despedida perfecta.